29/04/2013
Tras completar la transición en su liderazgo, China encara la necesidad de efectuar ajustes en su política exterior. Sin desdecirse de sus fundamentos tradicionales, cabe esperar una acción más compleja e incisiva que tanto porfíe en evitar la confrontación con los países desarrollados como en preservar sus intereses estratégicos esenciales. Además de consolidar su presencia e influencia en la práctica totalidad de los escenarios de conflicto, podremos constatar su apuesta por el impulso de nuevos ejes de relación con potencialidad suficiente para fortalecer la multipolaridad. Tal enfoque conformará una política exterior de alcance menos epidérmica y más transformadora.
Documento elaborado por Xulio Ríos.