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16/06/2015

Una visión crítica del hundimiento de Burkina Faso.- Beatriz Mesa García

Desde hacía 27 años, Blaise Compaoré presidía Burkina Faso. Quería seguir en el poder y para ello necesitaba modificar la Constitución. Lo intentó pero se encontró con una ola de rechazo popular que acabó expulsándolo del poder. Con el lastre de, al menos, 30 muertos como resultado de los enfrentamientos entre los miles de indignados de Burkina Faso y el ejército, Compaoré abandonó la presidencia en contra de su voluntad. De hecho, su obsesión por permanecer al frente del Estado, le llevó a desestimar una estimulante oferta formulada por Francia de ocupar la secretaría general de la Organización Internacional de la Francofonía (OIF). Frente a aquellos analistas sahelianos1 que opinan desde una visión de la teoría de la conspiración que el ex-presidente ya había orquestado su salida; hay datos que muestran en cierta medida la « espontaneidad » con la que han evolucionado los acontecimientos durante la última semana del mes de octubre del pasado año.
Las imágenes generales del pasado día, 30 de octubre de 2014, donde se ven a miles de ciudadanos prendiendo fuego a la Asamblea Nacional y tomando la televisión pública como forma de protesta contra el presidente—a quien acusan de haber cooptado con dinero a una parte de la oposición política, reprimido a la población, controlado la prensa, y movido a su antojo las disposiciones legales, además de repartir las riquezas entre una élite determinada a la que fidelizó a cambio de protección— han dejado constancia del hartazgo de la juventud. Aunque, el verdadero catalizador de las movilizaciones fue la decisión unilateral de Compaoré de aprobar una revisión constitucional sometiéndola directamente al Parlamento y sin someterla a referéndum.
Es así como el pueblo se levantó contra el presidente burkinabé y presionó al ejército hasta que éste desestimó la idea de responder con armas y tanques a las movilizaciones, poniendo a disposición del pueblo los instrumentos necesarios con el fin de conducir al país hacia una transición democrática, actualmente gestionada entre la oposición política y la sociedad civil, bajo una velada vigilancia de la autoridad militar. En este documento explicamos los factores externos e internos que empujaron al sistema a su debacle y el inicio de un dudoso proceso de cambio en el que la clave debería situarse en una transferencia real del poder militar a los civiles, una de las razones por la que miles de ciudadanos se echaron a las calles hasta destituir a Blaise Compaoré. Dependerá de la voluntad democrática del ejército, que ha sido el centro de poder desde la independencia de Burkina Faso.

Documento elaborado por Beatriz Mesa García.

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Una visión crítica del hundimiento de Burkina Faso
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