06/06/2024
El ascenso geopolítico de China, las presiones ejercidas durante la Administración Trump, además de las crecientes tensiones militares en la región, han provocado un giro de la política de defensa japonesa, caracterizada hasta el momento por un pacifismo activo. Frente a esta situación, se dibuja un plan hasta 2027 para reforzar las capacidades de defensa con objeto de poder llegar a repeler una invasión y afrontar las amenazas asociadas. Esta estrategia pasa por alcanzar la autonomía en ciertos campos y reforzar la industria nacional, además de consolidar las capacidades de respuesta y disuasión de la alianza con EE. UU. Dentro del plan, se considera la adquisición de capacidades que pudieran utilizarse con fines ofensivos y en este contexto, surgen debates en el seno de la sociedad japonesa sobre la provisión o desarrollo de armamento nuclear, a pesar del firme compromiso del Estado con la no proliferación.
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