24/09/2013
Desde el 4 de septiembre, el presidente Ibrahim Boubacar Keita –conocido por los malienses como IBK– se enfrenta al enorme desafío de liderar el convulso futuro de Mali. Después de 18 meses de conflicto, el país emprende una complicada refundación y debe iniciar un proceso de reconciliación nacional e introducir profundas reformas políticas, económicas y sociales. En el norte, la rivalidad tribal, el terrorismo yihadista y la criminalidad organizada siguen siendo las principales amenazas a la estabilidad y a la seguridad. Hoy, Keita, junto con su Gobierno, representa la única salida viable al colapso del país: ahora debe demostrar que su elección ha sido la mejor opción para conseguirlo.
Documento elaboradopor el Analista del IEEE, Jesús Díez Alcalde.