07/11/2019
En mayo de 2015, la Unión Europea puso en marcha la Operación Sophia para combatir el modelo de negocio de las redes de tráfico ilícito y trata de personas en el Mediterráneo. El empleo de una operación militar para tratar de atajar un problema tradicionalmente ligado a la acción policial y judicial ha sido ampliamente criticado. Tomando como punto de partida esta visión crítica, este trabajo analiza dos de las variables con las que se puede medir la posible eficacia de la operación: el flujo de migrantes en la ruta central del Mediterráneo y los resultados alcanzados con el entrenamiento proporcionado a los miembros de la Armada y el servicio de guardacostas libios.
Documento elaborado por: Alberto José Lens Blanco. Alumno del Máster Universitario en Paz, Seguridad y Defensa IUGM