30/01/2013
La violación oportunista y no premeditada como venganza personal en medio del caos que supone un conflicto armado ha dado paso, en tiempos más recientes, a una violencia sexual organizada y orquestada con fines tácticos, en muchos casos de limpieza étnica. Es tras las atrocidades de los conflictos de Bosnia y Ruanda cuando la comunidad internacional no puede seguir ignorando esta realidad y caracteriza a esta violencia sexual como arma de guerra.
Documento elaborado por la Analista del IEEE, Blanca Palacián de Inza.